miércoles, 29 de junio de 2011

1.3. Nomenclatura y determinación

1.3. Nomenclatura y determinación
La clasificación tiene como objeto crear un sistema lógico de categorías en cada una de las cuales puedan incluirse grupos de seres vivos con suficientes caracteres comunes como para permitir una única referencia. El modo de nombrar a estos grupos de organismos, y las normas que regulan la aplicación de estos nombres constituye la nomenclatura, la cual no puede separarse de la clasificación, para cuyo servicio está pensada.

Sin embargo, la identificación (llamadan más técnicamente determinación ) es el proceso de nombrar o de reconocer (si ya ha sido nombrado) a un organismo en relación a un sistema clasificatorio. Cuando se descubre una nueva especie que no encaja en ninguna clasificación se procede a su nombramiento y descripción con arreglo a las normas de la nomenclatura.

La identificación está asociada a la clasificación y no es posible proceder a una identificación si previamente no se establece un sistema clasificatorio. Por ejemplo, la identificación como reconocimiento del taxon especie precisa de una clasificación denominada clave dicotómica (ver figura de animación) en la que cada clase debe estar ocupada por una sola especie. Por ello, no hay que confundir clasificación con identificación.

Durante muchos siglos se nombraron a las plantas y animales con nombres populares propios de cada región del planeta. A medida que se iban estudiando más y más organismos se puso en evidencia que había que utilizar algún sistema universal. La solución vino del sueco Carl von Linné en el siglo XVIII, quien ideo un sistema de nomenclatura binomial, que se sigue utilizando actualmente con todos los seres vivos, excepto con los virus. Consiste en asignar a cada especie dos nombres en latín, el primero corresponde al género y se escribe con mayúscula; el segundo es el epíteto específico y se escribe con minúscula (aunque proceda de un nombre propio). Ambas palabras se deben escribir subrayadas o en letra cursiva. A dicho binomio, que constituye el nombre científico de una especie, se suele añadir, según el tipo de estudio, el nombre de la "autoridad" o científico que lo describió por primera vez y el año en que lo hizo.

Así, por ejemplo, el castaño común es Castanea sativa Miller (1768)

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